miércoles, 27 de julio de 2016

END / Capítulo IV - Parte 2.

Los supervivientes llegaron dos días después.
El puesto comercial estaba situado en una de las antiguas ciudades, con sus casas altas y sólidas que tanto imponían a aquellos soldados aunque Jones las miró con una suave sonrisa. Parecía estar acostumbrado a aquellas cosas.
Recorrieron las calles pavimentadas durante algunos minutos, la nieve que había caído el día anterior les llegaba hasta los talones y cubría los viejos carros de guerra sin caballos.
Llegaron hasta un pequeño parque que había frente al mar, cerca de una construcción con el techo redondeado y que parecía de metal o algo similar.
En el mar, alrededor del extraño edificio había varias barcazas de pescadores que posiblemente habitarían por allí.
En el centro del parque había una gran fuerte con una estatua de alguien montando a caballo e izando una espada, alrededor de esta había varias tiendas improvisadas con telas y hogueras por todas partes.
Los niños corrían y algunos hombres tallaban mientras que las mujeres que constituían la mayor parte de la población de aquel campamento charlaban o hacían cualquier cosa con la que entretenerse.
Cuando los huidos entraron en su campo de visión echaron a correr hacia ellos y tanto Denian como Jones desmontaron de sus caballos.
El joven vio como una chica rubia corría hacia él y lo abrazaba con fuerza, era Hannah que sollozaba.
Todos se reunieron con sus familias excepto Jones que se quedó solo, mirando a todo el mundo.
Marie fue hasta Denian y lo saludó con un suave abrazo una vez Hannah se separó, después el chico se dio cuenta de lo que le ocurría a Jones y se acercó a él.
-Lo siento, amigo... -musitó-. ¿Sabes qué harás cuando lleguemos al otro continente?
Jones se quedó pensativo y acabó por abrazar al chico, se habían hecho muy amigos tras todo lo ocurrido y durante el viaje.
-No lo sé -dijo soltándose-. La verdad es que no lo sé, ¿y tú?
Denian sonrió y agarró su brazo con fuerza.
-Puedes venir con nosotros -miró a Hannah-. Conozco a alguien allí que nos dará...trabajo.
Dudó con la palabra trabajo ya que su conocido no era más que un traficante de poca monta que les haría desaparecer allí. Les daría identidades nuevas tanto a él como a la chica a cambio de que al menos uno trabajase para él, e incluso podría llegar a pagarles suficiente como para comprar una casa y vivir cómodamente.
Jones lo miró unos instantes, dudando entre si lo decía en serio o no y después lo abrazó de nuevo, esta vez tan fuerte que le cortó lo respiración.
-Sí, gracias, gracias, gracias...
Al cabo de un rato se soltaron y comenzaron a andar hacia el campamento, Hannah iba a su lado y Marie un poco más atrás con su abuela agarrada del brazo.
Las risas se hicieron en el campamento, como si nada hubiese pasado aquellos días, como si aquellos hombres y mujeres no hubiesen perdido sus antiguas vidas. Estaban felices y el alcohol corría gracias a los estibadores que se habían unido a la fiesta.
El violinista que había tocado noches atrás en la posada en la que se habían alojado seguía vivo y se subió sobre la estatua mientras tocaba hasta arriba de cerveza y vino, tanto que pasadas seis canciones se cayó de espaldas y no se mató porque algunos hombres tuvieron la rapidez de aguantarle.
Hannah y Maud, Marie y Denian compartían tienda, por eso tenían una de las más grandes del sitio y que por suerte estaba cerca de la de Jones.
La gente comenzó a acabar con la bebida y la mayoría acabaron quedándose dormidos aunque aún podían oírse algunas conversaciones y cánticos de borrachos fuera de la tienda.
Hannah se había quedado dormida y Maud estaba hablando con Jones, así que Marie y Denian estaban solos.
Ella fue hacia él y lo abrazó con mucho fuerza.
-Menos mal que no has muerto... -pidió-. Cuando huí y...y...te dejé allí pensé en que podrías haber muerto y...
No terminó la frase ya que rompió a llorar. El chico acarició su pelo caoba mientras la abrazaba y después se besaron.
Cuando el beso acabó ella se apartó y le agarró la mano.
-Quiero que veas algo, ¡ven conmigo! -pidió.
Ella tiró de él y este se dejó llevar.
Dejaron atrás el campamento y se internaron en las frías calles de la antigua ciudad. Al cabo de un rato se plantó frente a un gran edificio con todas las plantas abiertas y una gran verja metálica que cerraba la entrada.
Marie se acercó al viejo candado y lo abrió con facilidad, retiró la verja y entró mientras el chico la seguía.
Había grandes cristaleras de vidrio rotas al lado de cada tienda y sobre unos grandes portones de metal cerrados se leía 'Supermarket.'
Ella lo guió y lo hizo subir un par de escaleras, estaban en la tercera planta y aquel suelo parecía estar apunto de caerse.
Ella lo guió hasta la tercera puerta a la derecha y la abrió, dentro había un perro pequeño, parecía un pastor alemán, tendría unos tres meses y nada más ver a Marie corrió hacia ella, saltó en sus rodillas y comenzó a lamerla.
-Esto es lo que quería enseñarte -sonrió.
Marie se agachó y comenzó a acariciar al pequeño, después sacó un par de salchicas de uno de sus bolsillos y se la dio, este se la comió con ganas y después se fue hacia un montoncito de ropa que había tomado como su cama.
-¿Cómo se llama? -preguntó Denian.
La chica sonrió.
-Fuego -contestó-. Me recuerda a ti, que eres fuego puro así que...
Estuvieron un rato jugando con el animal antes de que ella le pidiese que le siguiese de nuevo.
Se dejó llevar y sin darse cuenta se dejaron la puerta del cuarto de Fuego abierto, casi sería buena idea, así tendría un poco más por donde jugar.
Volvieron a la primera planta y entraron una sala enorme y alargada en forma de L en la que había como media decena de colchones rotos y con los muelles por fuera y todo el relleno en el exterior, en el pasado posiblemente habría allí unos cien o doscientos colchones en un estado de conservación impoluto, tenía que ser una tienda o algo por el estilo.
Marie cogió una manta que había sobre una de las camas y la tiró al suelo, después empujó al chico con cuidado y lo tumbó sobre ella.
Ella se puso sobre él, con sus piernas abiertas como una horquilla entorno a su cintura y comenzó a besarlo. Aquello le causó una erección, echaba de menos el contacto con aquella chica y necesitaba liberar tensión.
Ella comenzó a quitarle la pechera y después él hizo lo mismo con su vestido, estaba vez la joven no llevaba absolutamente nada.
Ella le sacó el pene del pantalón y retrocedió un poco, se lo colocó entorno a los labios y lo comenzó a besar con mucho, mucho cuidado hasta que pasado un ratito se lo metió en la boca.
Denian sintió un placer inexplicable que le hizo estremecerse y cuando ella acabó de chupar su sexo el tenía ganas de más, pero no pudo manifestar su deseo porque ella ya estaba sobre él, saltando mientras la penetraba.
Él la agarraba de la cintura y la ayudaba hasta que se cansó de aquella postura y arqueó su espalda. Marie unió sus piernas en la espalda del chico y se agazapó ahí mientras que cada segundo hacia que este saliese y entrase de él.
El chico se puso en pie aún con ella enganchada a él y la llevó hasta la pared. La apoyó contra esta y comenzó a hacérselo ahí, mientras le besaba el cuello y se lo mordía dejándole sendas marcas.
Ambos acabaron casi a la vez, él pudo acabar fuera y ella soltó un fuerte gemido que recorrió todo el edificio como un potente trueno.
Volvieron a la manta y se tumbaron en ella, aún desnudos. Se dieron algunos besos hasta que Marie con su cabeza apoyada sobre el torso de este se decidió.
-Creo que te quiero -dijo-. Al principio sólo quería tener sexo contigo porque me pareciste guapo pero cuando estuviste en peligro... -musitó-. Es de esas cosas que se sienten cuando conoces a alguien, no lo sé. Casi no sé nada de ti, pero...
Él no la dejó decir nada más ya que la besó con suavidad y cariño y pasado un rato se separó de sus labios y la miró a los ojos.
-Yo también te quiero -contestó-. Yo también te quiero y tampoco sé como ha pasado.
Ambos se quedaron así, dormidos, y aquello estuvo en silencio hasta que un agudo ladrido los despertó.
Era el perrito que se había colado allí y tras su entrada, quizás unas horas después de esta, la puerta acabó por cerrarse por el viento o Dahla sabía qué, pero el animal ladraba en dirección al exterior y movía el rabo con nerviosismo como si fuera hubiese alguien.
Denian se despertó y agarró su espada, llevaba puestos los pantalones de cuero de su armadura y estos hicieron un suave sonido al rozar ambos muslos de camino a Fuego.
Denian acarició al perro para que no ladrase y no despertase a la chica y abrió la puerta.
El animal echó a correr y bajó hasta la planta baja, Denian lo siguió y cuando este giró la tercera esquina llegó hasta la verja metálica entreabierta.
Al fondo había dos figuras con largos abrigos negros que caminaban y justo cuando el cachorrito se dirigía hacia ellas Denian lo agarró y se escondió tras una columna.
Se fijo en sus máscaras, estaban hechas de retazos de cuero y donde habrían ido sus ojos llevaban unas grandes gafas cuyos cristales eran tan redondos como el culo de una botella de buen vino.
Siguieron andando y se internaron en un pequeño bloque de apartamentos que se podía ver desde la aventajada posición del pelirrojo.
¿Quiénes eran? ¿Qué hacían allí?
El chico corrió hacia la sala de los colchones y entró con el animal, cerró la puerta y se puso su armadura al completo.
Después despertó a Marie.
-He visto a alguien, voy a ir a investigarlo -le informó.
-Iré conti...
No hubo tiempo de respuesta, el chico negó y la besó.
-Te quedas aquí, no sé quiénes. Igual son pacíficos o yo que sé, pero no voy a dejar que te maten. ¿Tienes mi cuchillo?
Ella asintió y él salió de allí, dejándola con Fuego a merced de cualquier peligro.


Para los que os incorporéis ahora, recuerdo:
Ésta novela la comencé con motivo del NaNoWrimo y cuando llevaba unas 20.000 palabras la dejé ahí, en la estacada. No he vuelto a tocarla desde entonces, pero era y es una novela que uso para evadirme y escribir al boleo, con incongruencias incluso y seguiré haciéndolo apartir de ahora hasta terminarla y subiré una parte semanal, los jueves, hasta que me quede sin capítulos escritos o la acabe. También la subiré a Wattpad para los que prefiráis esa plataforma que tengo abandonada y cuando la termine definitivamente subiré un PDF con la novela completa al blog.
Disfrutadla sin buscarle mucho sentido, que es lo que hay que hacer con ella.
Añado:
Mi forma de escribir ha cambiado muchísimo, hace casi un año y además esta novela fue escrita sin cuidado, sin pulir, sin darle el cariño que merecía y espero algún día poder reescribir todo esto y darle el mimo que merece.
Aún queda mucho para que lleguemos a lo que escribí hace dos semanas, pero estoy deseando que lo veáis. 
PD: Espero poder traeros pronto algo en lo que estoy trabajando y que trato como a mi hijo predilecto, a ver si hay suerte y no pierdo la inspiración que tanto he esperado para retomarlo.


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